Cuando somos pequeños nuestros padres o profesores nos repiten constantemente la necesidad de lavarnos los dientes tres veces al día. No obstante, cuando crecemos nos damos cuenta de que esto no es suficiente para mantener una perfecta higiene bucodental, sino que es necesario el uso de otros elementos como hilos dentales o colutorios. Sobre esto últimos hablaremos en este nuevo artículo que hemos escrito los profesionales que formamos parte de la Clínica Dental Alberto Rama.
Si quiere conocer los beneficios de estos enjuagues bucales o con qué frecuencia debemos usarlos, siga leyendo con nosotros y tome nota. ¡Allá vamos!
¿Por qué debemos usar colutorios?
Los colutorios son un tipo de soluciones líquidas que contienen determinados ingredientes como el flúor y ayudan a desinfectar las encías y prevenir caries, aftas bucales o patologías tan conocidas como la gingivitis o la piorrea, eliminar el mal aliento, fortalecer el esmalte o reducir la sensibilidad dental.
Esta clase de productos pueden contener alcohol en algunas ocasiones y se presentan en distintos formatos en cuanto a tamaños, colores y sabores. Hemos de aclarar que los colutorios, también conocidos como enjuagues bucales, no sustituyen jamás el cepillado de dientes, sino que son un producto complementario a la pasta dentífrica y la seda dental.
¿Cuál es la frecuencia ideal de uso?
Esta pregunta es tan interesante como controvertida, pues a veces no nos ponemos de acuerdo ni siquiera los propios dentistas. A nuestro juicio, los colutorios han de usarse una vez cada dos o tres días aproximadamente. Esto es así porque algunos de estos productos contienen sustancias irritantes que pueden terminar por resultar más perjudiciales que beneficiosos si se utilizan en demasía.
Es importante que leamos previamente las instrucciones del colutorio y hagamos caso tanto a las recomendaciones del fabricante como de nuestro dentista de confianza.
Modo de aplicación
Utilizar de manera correcta un colutorio es algo muy sencillo, a pesar de que es relativamente normal que algunas personas cometen algunas equivocaciones. Sin más dilación, resumimos su uso:
- En primer lugar debe quedar claro que no debe tragarse en ningún momento.
- No debemos diluirlo en agua.
- Tampoco debemos enjuagarnos con agua inmediatamente después.
- Hemos de verterlo en el tapón del envase y enjuagarnos con él alrededor de 30 segundos en la boca, a poder ser.
- Úsalo una hora después del cepillado, ya sea a la mañana, tarde o noche.
- No ingerir ningún tipo de bebida o comida hasta que pasen al menos 30 minutos después del enjuagado.
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