Todas las personas somos susceptibles de perder una o varias piezas dentales a lo largo de nuestra vida. Los motivos pueden ser variados: periodontitis, traumatismos o simplemente caen al debilitarse con el paso de los años, entre otras razones. Este proceso puede mermar nuestras capacidades para masticar, hablar y sonreír con naturalidad. Es por ello que los expertos en salud bucodental como los que formamos parte de la Clínica Dental Alberto Rama llevamos años investigando y aplicando las mejores formas para solucionar este problema.
Hoy en día los tratamientos más comunes para reestablecer una pieza dental perdida son los implantes dentales y las prótesis. Dentro de estas últimas distinguimos entre las fijas y las removibles. ¿Quiere saber qué les diferencia y cuáles le convienen? Quédese con nosotros a leer este artículo.
Diferencias entre prótesis fijas y removibles
En nuestra clínica dental en Ordes podemos colocar tanto prótesis fijas como removibles. Esto significa que, dependiendo de las necesidades de nuestros pacientes, podrán elegir entre una opción u otra según más les convenga.
Prótesis fijas
Las prótesis fijas se caracterizan por insertarse fijamente en la boca, de ahí su nombre, por lo que no existe posibilidad de retirarlas para limpiarlas o por otros motivos. Estas prótesis fijas pueden ser las coronas que se colocan encima de los implantes o estar cementadas a los dientes naturales que hay en la boca, a los que hay que realizar generalmente algún tipo de tratamiento o tallado.
Este tipo de prótesis simulan completamente las piezas dentales naturales, por lo que nadie notará su presencia. Además, no requieren de un mantenimiento particular y se limpian de la misma forma que el resto de dientes.
Prótesis removibles
Dentro del campo de prótesis removibles están las conocidas como dentaduras postizas. Este tipo de prótesis fueron, por lo tanto, uno de los primeros métodos para sustituir piezas dentales perdidas, aunque hoy en día se ha evolucionado mucho en esta área y nada tienen que ver con las típicas que dejaban nuestros abuelos en un vaso con agua.
Como su propio nombre indica, podremos quitarlas y ponerlas cuando queramos. Pueden ser tanto parciales como completas y suponen la alternativa ideal para aquellas personas que no pueden elegir prótesis fijas porque sus huesos y tejidos no las aceptan. Además, son también una opción más económica.
Los principales inconvenientes están en que deben ser retiradas para ser limpiadas y no se debe dormir con ellas. Tampoco acaban por recuperar de todo la fuerza en la mandíbula para masticar y además son más inestables e incómodas que las prótesis fijas.
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